POR EJEMPLO

El viento zigzagueó entre los picos nevados hasta hacer flamear la túnica naranja del maestro quien, con las piernas cruzadas y la cabeza gacha, meditaba al pie de la montaña sagrada. 
Luego de unas horas levantó la vista y con el ceño fruncido y un leve vaivén de la cabeza sentenció en voz muy suave:
 - En este mundo tan redondo como cruel, lo sutil es arrasado por la materia.
A una decena de metros, envuelto en otra túnica, también naranja, estaba el discípulo, quien habíase dormido esperando el mensaje del sabio.
- ¿Qué? - preguntó entonces mientras salía de su ensueño.
-  Dije que "lo sutil es arrasado por la materia".
 El joven aprendiz se escarbó la oreja con el meñique e inquirió:
   - ¿Cómo?
   - Que lo sutil...- comenzó a decir en un mismo tono.
   - ¡Espere!! ¡Hable más fuerte, maestro! Es que no se escucha nada con este viento.
   - Dije que lo sutil es arrasado...
   - ¿Que lo qué??
   - Que lo SUTIL  es arrasado por la materia.
   - ¿"Amasado"?
   - ARRA, es ARRAsado.
 - ¡Aaah!!! "Atrasado".
 El anciano monje, discípulo directo en cincuenta y seis generaciones del mismísimo Buda, tomó aire, hizo un cuenco con sus manos y las colocó una a cada lado de la boca:
- ¡Dije "A-RRA-SA-DO"!!!  QUE LO SUTIL ES "ARRASADO" POR  LA MATERIA!!
Su voz se expandió a través del Himalaya y desde la punta de la montaña se escuchó un estampido seco. Un segundo después, una avalancha de nieve y piedras los sepultó.
El maestro era así: Tenía la maldita costumbre de predicar con el ejemplo.



Maestro y discipulo, felices e iluminados
(última foto antes de... bueno, ya saben)






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