MI CASA
Cuando tenía ocho años fui desafiado por mi maestra para describir ante mis compañeros, cómo era mi casa:
"Bueno, para entrar en mi casa es requisito indispensable el tener alas, porque la única entrada es por el gran ventanal que da al primer piso a la calle. La salida en cambio, es por una puerta común y corriente pues el living es demasiado angosto y no hay lugar para tomar el envión necesario que se requiere para el más modesto de los despegues. Tenemos también una mesa mágica."
A esa altura de mi exposición desaparecí del aula siguiendo a mi oreja izquierda, que había quedado atrapada entre el índice y el pulgar de la tierna mano de la señorita Dora.
¡Repítaselo ahora al Padre Rector! Coloqué mis orejas
a la misma altura, me alineé un poco y satisfice de inmediato el pedido:
"Bueno, para entrar en mi casa es requisito indispensable el tener alas...".
Tanto gustó
mi sencilla descripción, que tuve que repetirla frente a la psicopedagoga, a
tres monjas, al presidente de la cooperadora, al consejero escolar al cura
Antonio, y hasta a un policía que por ahí pasaba. Y todos coincidieron en que
debían acompañarme hasta mi casa, seguro que para conocerla, y además porque
querían hablar de no sé qué cosa con papá. Pero los pobres se tuvieron que
conformar con dialogar a gritos desde la vereda, porque para entrar en mi casa,
es requisito indispensable el tener alas... y por supuesto, ninguno de ellos
tenía unas.
Papá, mamá, Jesús y el niño Mondo en desacuerdo con el mundo (Foto de 1973) Si querés leer más relatos DALE CLICK AQUI y zambullite en el incómodo e incorrecto universo de "LAS CRONICAS MONDANAS". |
Buenisimos los dos. Un alarde de fantasia positiva.
ResponderEliminarMuchas gracias Enrique Lamas, iré por tu barrio a leerte. Un abrazo enorme
EliminarMe encantooo ,me reí con tantas ganas! Recordé un suceso parecido en mi infancia,en cuarto grado,aunque solo ligué un reto por no respetar la consigna del objeto a describir. Jajaja. Abrazos.
ResponderEliminarAhora me quedé con ganas de conocer un poquito más de la anécdota. "No respetar" algunas cosas a veces es respetarse, no? aún siendo niños. Gracias por leer y comentar. Abrazo
EliminarMuy bueno,me sacaste una carcajada absolutamente espontánea!!! no hay que dejar matar la imaginación, nunca!!
ResponderEliminarHay que imaginar todo el tiempo y bajar al mundo con la sonrisa imaginada para darle brillo a la realidad opaca.
EliminarGracias por leer y comentar Susana
EliminarMuy buena narración!!La he trabajado y disfrutado junto a mis alumnos.Qué lindo es la espontaneidad de ser niños y poder soñar (aunque lamentablemente a veces sean incomprendidos) Somos de la ciudad de Salto Uruguay.
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